Son muy pocos los que podemos expresar: "Primero fue mi maestro, hoy es
mi amigo" ¿o sera mi tío? Pero efectivamente, así mismo fue; durante
mis estudios en la secundaria, entro al salón y escribió en la pizarra
su nombre, y luego lo de rigor. Nos impresiono esa precisión y ese
detalle meticuloso de dominar ese medio infalible como es la pizarra.
Al año siguiente, ya no estaba con nosotros y las historias llegaron, con un panorama sombrío a nuestro centro de estudio. Habían surgido un percance funesto y fatal, y al estimado amigo lo dieron por fallecido. Misa por su descanso eterno y los recuerdos del maestro de matemática se hicieron leyenda. Pero al cabo de tres años, como diría Arquímides: ¡Eureka!... el maestro caminaba por las calles matagalpinas.
Y luego las explicaciones de rigor, que se resume en que él trabajaba en Guatemala y por primera vez, olvido en su agenda escribir o llamar al pueblo para dar paradero de su nuevo domicilio.
Esta es una de las muchas y miles de anécdotas, del apreciado amigo. Amante del béisbol casero, admirador de los grandes boxeadores que han surgido en el terruño, voraz investigador de los asuntos matemáticos. Es mucho más fácil mencionar los centros de educación en los que no ha impartido sus clases. Muy sentimental hacia ciertos temas y fanático de las ensaladas. Padre cariñoso hacia sus hijas y amoroso con su esposa Karlita,
He sido afortunado de contar dentro de mis muy pocos amigos a personas con mucho talento y talante como él.
Hoy, quiero hacer este homenaje con el aprecio y estima que le tengo al amigo, al colega, al maestro, a mi tío.... MSc. Eugenio Urrutia Ruiz. ¡Salud compañero!
¡Cucu!... celebraremos este centenario.. próximamente.
Firmes y dignos!
Al año siguiente, ya no estaba con nosotros y las historias llegaron, con un panorama sombrío a nuestro centro de estudio. Habían surgido un percance funesto y fatal, y al estimado amigo lo dieron por fallecido. Misa por su descanso eterno y los recuerdos del maestro de matemática se hicieron leyenda. Pero al cabo de tres años, como diría Arquímides: ¡Eureka!... el maestro caminaba por las calles matagalpinas.
Y luego las explicaciones de rigor, que se resume en que él trabajaba en Guatemala y por primera vez, olvido en su agenda escribir o llamar al pueblo para dar paradero de su nuevo domicilio.
Esta es una de las muchas y miles de anécdotas, del apreciado amigo. Amante del béisbol casero, admirador de los grandes boxeadores que han surgido en el terruño, voraz investigador de los asuntos matemáticos. Es mucho más fácil mencionar los centros de educación en los que no ha impartido sus clases. Muy sentimental hacia ciertos temas y fanático de las ensaladas. Padre cariñoso hacia sus hijas y amoroso con su esposa Karlita,
He sido afortunado de contar dentro de mis muy pocos amigos a personas con mucho talento y talante como él.
Hoy, quiero hacer este homenaje con el aprecio y estima que le tengo al amigo, al colega, al maestro, a mi tío.... MSc. Eugenio Urrutia Ruiz. ¡Salud compañero!
¡Cucu!... celebraremos este centenario.. próximamente.
Firmes y dignos!