sábado, 7 de diciembre de 2013

El Dogma de La gritería





El dogma de la Inmaculada Concepción, también conocido como Purísima Concepción, es una creencia del catolicismo que sostiene que María, madre de Jesús, a diferencia de todos los demás seres humanos, no fue alcanzada por el pecado original sino que, desde el primer instante de su concepción, estuvo libre de todo pecado.
Los misioneros españoles, en particular los franciscanos, trajeron a América la devoción por la Virgen María y su Inmaculada Concepción. En este sentido, un documento escrito y guardado por la Iglesia en 1626, y otro escrito en 1673 lo manifiestan.
El origen de esta fiesta, en su versión nicaragüense, se remonta al año 1742 y surgió en la iglesia de San Francisco de la ciudad de León. El 8 de diciembre de 1854 el Papa Pío IX promulgó la bula Ineffabilis Deus, en la que expuso y definió como “doctrina revelada por Dios y que todos los fieles deben creer firme y constantemente que la Santísima Virgen María fue preservada de toda mancha del pecado original desde el primer instante de su concepción, por gracia y privilegios únicos que le concedió Dios todopoderoso en previsión de los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano” con lo que legitima el culto mariano.
El 7 de diciembre de 1857 monseñor Gordiano Carranza, desde el atrio de la Iglesia de San Felipe (en León), anima al pueblo a visitar casa por casa y a alzar sus propios altares a la vez de rezar, cantar y gritar a la Virgen. "¿Quién causa tanta alegría?" y se responde "¡La Concepción de María!". Los habitantes de las casas reciben a los devotos con un "brindis", llamado popularmente "la gorra" o Paquetes. De León la fiesta saltó a Masaya, Managua y a Granada y de allí se extendió por todo el país….

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